Desierto del Thar (India) 10 de Marzo de 2012
Al principio pensamos, y la teinda de campaña? Y una lonita o algo, no? Jejeje, que finolis.
Pensamos que sería algo muy turístico, montado en plan mil y una noches, lo que a decir verdad no nos atraía mucho, pero nada de eso.
Llegamos en nuestro destartalado jeep a un pueblo, diez casas de barro como mucho, sol, mucho calor y niños corriendo libremente de acá para allá. Nada de turistas, nada de maharajás con turbantes de colores, ni bandejas de té.
Allí mismo, nuestro conductor habla con los “Camel drivers” y nos preparan en diez minutos tres camellos, uno para cada uno y otro de sustitución.
El paseo en Camello bajo un sol abrasador fue relajante, a pesar del calor.
Después del paseo llegamos a una zona de las dunas donde había algún arbusto, allí había encendido un fuego nuestro conductor que se adelantó con el jeep, nos ofreció un té negro, y nos dio una manta para que viéramos la puesta de sol en las dunas.
Nos vamos al desierto, a montar en camello y dormir bajo las estrellas, así como suena, una mata y como techo el cielo.
En el tour que tenemos por Rajastan tenemos incluida una noche en el desierto.Al principio pensamos, y la teinda de campaña? Y una lonita o algo, no? Jejeje, que finolis.
Pensamos que sería algo muy turístico, montado en plan mil y una noches, lo que a decir verdad no nos atraía mucho, pero nada de eso.
Llegamos en nuestro destartalado jeep a un pueblo, diez casas de barro como mucho, sol, mucho calor y niños corriendo libremente de acá para allá. Nada de turistas, nada de maharajás con turbantes de colores, ni bandejas de té.
Allí mismo, nuestro conductor habla con los “Camel drivers” y nos preparan en diez minutos tres camellos, uno para cada uno y otro de sustitución.
El paseo en Camello bajo un sol abrasador fue relajante, a pesar del calor.
Después del paseo llegamos a una zona de las dunas donde había algún arbusto, allí había encendido un fuego nuestro conductor que se adelantó con el jeep, nos ofreció un té negro, y nos dio una manta para que viéramos la puesta de sol en las dunas.
Poco a poco se fue haciendo de noche y empezamos a ver las primeras estrellas. Mientras hablábamos con el dueño de los camellos y el conductor del jeep, que preparaban chapati y arroz con verduras y chili, muuucho chili.
Es su costumbre esperar que el invitado coma y ellos lo hicieron después. Luego a fregar los platos!! En seco, con la arena del desierto, pero nunca he visto una bajilla tan brillante.Llegó la hora de dormir, nuestros anfitriones nos buscan un buen arbusto que nos proteja del viento, y nos dan mantas, para el suelo y para taparnos.
Después del ruido y el caos de la ciudad este silencio es el paraíso.
Imagino que la vista de las estrellas sería espectacular!! y a Rocío se la ve como si fuera una amazona de competición jeje
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