27 Julio
Al final nos paramos antes de lo previsto a descansar ya que había sido duro el día anterior y aprovechamos a ir a un motel “Super 8” que tenía piscina para refrescarnos un poco. No nos dimos cuenta y al final nos habíamos quedado alejados de la entrada del parque, a unos 200 km, así que llegamos al parque un poco tarde.
Para entrar al parque utilizamos la tarjeta anual que consiguió Iñaki a mitad de precio...Aquí os ponemos más info si os interesa:
Desde que empezamos a adentrarnos en la montaña el paisaje ha cambiado radicalmente, que lejos quedan las rectas del desierto, el paisaje desolador, ahora todo lo que nos rodea es verde, y enseguida empiezan a aparecer las secuoyas. Son imponentes, bueno, eso nos creíamos, porque no habíamos visto las gigantes aún, y esas que son pequeñas ya nos impresionan.
Dejamos el coche en un parking y vamos al “Visitor center” pero no ofrecen ninguna información adicional, así que nos ponemos a hacer un recorrido siguiendo un mapa que nos han dado a la entrada.
Y aquí ya empezamos a ver más grandes, son unos árboles milenarios, que se han adaptado a los ciclos naturales del parque, han sobrevivió a los incendios y se han adaptado a ellos de tal forma que los necesitan para vivir
Aunque los animales colaboren, sin el fuego el ciclo reproductor de las secoyas gigantes no se garantizaría completamente, pues el fuego prepara el suelo para que las semillas germinen en las mejores condiciones. Al producirse el aclareo del bosque, ya que el fuego acaba con abetos que crecen cerca, las semillas pueden disponer de la cantidad de sol que necesitan para iniciar el proceso vital. Si en otro tiempo se evitaba el fuego por todos los medios, en la actualidad se provoca, de forma controlada naturalmente, según criterio de las autoridades a cargo de las cuales está este parque nacional.
No se parecen a ningún árbol que hayamos visto antes. Su corteza es muy ligera, y parece que está laminada, en lugar de compacta, si golpeas el tronco suena como de cartón, parecen de un decorado, ¿serán de verdad?
Las secuoyas centenarias cuentan con una gran corteza porosa y esponjosa de unos 15 cm. de grosor. Esto les sirve de ayuda para sobrevivir al fuego, elemento indispensable para su reproducción, como ya se ha dicho. La fibra esponjosa de la corteza tiene escasa o nula cantidad de resina, que en otras especies actúa como combustible. Sin embargo, en esta especie esa corteza permite que los tejidos de la madera interna queden aislados del exceso de calor. Se conoce el caso de una corteza de secoya de 79 cm. de grosor.
Finalmente llegamos al General Sherman…el árbol más grande, en dimensiones, que existe en el mundo. Al verlo nos quedamos sorprendidos porque otras sequoias que hemos visto nos han parecido más grandes, pero este tiene la base más grande que ninguno de los anteriores y la copa más alta, así que ¡¡¡This is the Winner!!!!
De aquí tomamos el bus free que recorre el parque para volver al parking. Y de allí otra vez a buscar alojamiento para esta noche.
Nuestro destino es Yosemite National Park, así que dormiremos en Fresno, a unos 100 km del parque. Buscamos un motel “super 8”, como siempre, pero más barato. Cada motel pone el precio que quiere, y este además no tiene una “roller bed” es decir cama birriosa e incómoda cama que cuando te tumbas te atrapa por los dos lados el colchón, estos tienen un sofá un poco más confortable.
El problema, como siempre, es que se nos hace de noche todos los días para buscar alojamiento y como los moteles suelen estar a las afueras, pues no podemos conocer nada del pueblo en el que dormimos, como mucho ir al “burguer” o lo que haya a mano para cenar. Así que también se nos va mucho dinero a lo tonto en las cenas, que podríamos solucionar de forma más económica y saludable si llegamos un poco antes y buscamos algún lugar para comprar comida, algo que tampoco es fácil en este país, pero esto de la comida lo contaremos en otro capítulo aparte.
Yosemite National Park
28 Julio
Otra vez en el coche de camino al Parque Nacional de Yosemite. Ayer pudimos hacer una compra para hacernos unos bocadillos en el parque, porque allí no hay donde comer.
Entrada, con el pase anual de los parques…
Nos dan un mapita, con poca información (para variar), pero vemos que hay dos zonas que visitar, por un lado el “mariposa grove” donde hay sequoias gigantes y por otro el “Yosemite Valley” donde se encuentra el Gran Capitán, una roca de ………y 9 cascadas que caen todas al valle.
¡¡Qué pequeñitos!! |
Empezamos por el recorrido de mariposa grove, vamos en coche hasta el parking del centro de visitantes y allí pedimos información. Nos dicen que las carreteras se cierran por obras. Cada hora, durante 20 min las abren. Si queremos un mapa de los “trail”(rutas de a pie), hay que comprarlo, y siguiendo nuestra filosofía de sólo lo “free” pues no lo compramos y total, que al final…otra vez nos perdimos jeje. Empezamos a subir, subir, subir…y al final hicimos una ruta bastante larga. El camino merece la pena, estar entre estos árboles te hace sentir insignificante en el mundo, ves lo pequeños que somos realmente… Cuando terminamos la ruta era ya un poco tarde, buscamos una zona de picnic, hay muchas por el camino, y nos hicimos nuestros bocatas. La verdad es que sin querer, nos paramos en una zona muy chula, ya que han conservado un viejo puente y han recreado un pueblo al viejo estilo del parque. Aprovechamos que pasaba un río y no faltó un bañito de pies, el agua estaba helada, pero nos vino fenomenal para recuperarnos del cansancio de la caminata. Sabemos de uno que se hubiese metido entero si no hubiese sido por que se quedó dormido en la mesa…jajaja, (Iñaki te lo perdiste!!!).
Después de nuestro tratamiento de pedi-relax en las aguas del río volvimos al coche para seguir hacia la otra ruta del parque, el valle, pero ya se nos hizo tan tarde que solo pudimos verlo desde el coche, con alguna parada de “paparazzi” y poco más, porque se hizo de noche enseguida y hay osos de verdad…y no teníamos armas para defendernos. Sí!! armas, que en la revista que nos dieron a la entrar ponía bien claro que si un oso se acercaba había que tirarle palos, piedras y apuntar a la cabeza, ¡¡si!!, en serio, y NUNCA dejarle que se lleve la comida, porque si no el oso aprende que tiene el poder frente al humano, ¿¿qué te parece?? Alguno vimos con un cuchillo a lo “Cocodrilo Dandee” y con ballestas, en serio, estos americanos… así que como no nos veíamos espantando al oso con los “politonos” de nuestros móviles (porque otra cosa asustadiza para osos no teníamos), vimos el valle más rápido de lo que nos hubiese gustado y no nos dio tiempo a hacer ninguna caminata más. Vimos el Gran Capitán, un acantilado de unos 1000 metros, y 6 de las cascadas, el resto estaban ya sequitas, no aguantaron el calor…
Después…otros 200 km hasta el lugar más cercano en el que poder dormir. Nos habían recomendado que durmiéramos en Mariposa, pero cometimos el error de pensar que sería como en el resto de lugares, llegar, pedir una habitación y listo. Pero este lugar está nada más salir del parque, lo han montado muy bonito, todo el pueblo es como un decorado, los moteles son casitas pequeñas de colores pastel, con lucecitas, velas, flores en la entrada, los restaurantes y tiendas igual, muy turístico y además era tarde, así que ¡¡¡no vacancy!!!
Tuvimos que conducir hasta Merced, en un anoche cerrada, por una carretera sin una luz, se hizo un poco pesado, encontramos un Súper 8 barato, pero sólo para 4 personas, la quinta…al suelo, esto por tanto quejarnos de las camas supletorias, aquí ni eso, pero era lo que había...