sábado, 30 de julio de 2011

ROAD, hacia el Gran Canyon.

23 de Julio
Empieza el camino hacia el Gran Cañón, nos esperan horas y millas de carreteras por el desierto.

Desde Las vegas hasta el Gran Canyon hay 218 millas, avanzaremos por la ruta 66 hasta Flagstaff (Arizona) la carretera es como lo habíamos imaginado rectas interminables y alrededor sólo vemos desierto, desierto y más desierto. Si giramos 360º vemos lo mismo, y comprobamos que la tierra es redonda como veíamos en los dibujos de “campeones” en los que el campo de fútbol no tenía fin, pues igual.

Paramos a comer en Williams, un pueblo por el que pasaba la antigua Ruta 66, y que una vez construida la autopista se quedó sin vida, ahora han recreado un “salón” al más puro estilo FarWest, un café años ´60 en el que merece la pena entrar a comer una hamburguesa.






Continuamos hasta Flagstaff, y nos alojamos en un Motel Super8, nos han recomendado que nos quedemos en estos moteles, aunque tanto en este pueblo como en Williams hay muchos moteles de otras cadenas. No es que sea “súper” económico, pero si nos quedamos todos en una habitación ahorramos algo, pero para viajar dos sólos sale tan caro como un hotel, pero también es verdad que aquí no hay otra cosa, o motel o coche..jeje!!! y tiene breakfast incluido, eso es un punto a su favor.


Por la mañana salimos hacia El Gran Canyon.
Estamos a unos 140Km, entramos con la tarjeta que hemos comprado previamente para entrar en todos los Parques Nacionales, incluido el coche. Cuesta 80$ y permite el paso del coche y de todas las personas que vayan dentro, leímos en un foro que la tarjeta sirve para dos firmas, eso quiere decir que la pueden usar dos personas diferentes, por lo que la gente que ha ya ha hecho el viaje, la re-vende cuando vuelve a España, así que se la compramos a unos chicos por 30€

 

Desde el Visitor center salen varios caminos para hacer en coche, andando o para hacer trecking, caminos mucho más duros de 7 a 9 h de duración, así que elegimos una cosa ligera, sobre todo por el calor que hace, para nosotros está bien unos 7km.

También hay unos buses que hacen todo el recorrido con paradas en cada punto de interés o mirador que hay, son gratuitos y puedes subir y bajar las veces que quieras, las pardas están indicadas pro todo el camino.

También hay caminos preparados para gente en silla de ruedas, eso nos sorprende gratamente.

Empezamos a caminar y de repente nos encontramos con el Gran Canyon, una inmensidad, hemos visto en el panel informativo el recorrido que vamos a hacer y no veremos ni una cuarta parte, es enorme, la pena es que no llegaremos al “skywalk” la famosa plataforma que han hecho que sale por encima del cañón, porque estamos a 400km de ese punto, esto es enorme, de verdad, no esperábamos esto.

Comemos por allí, unas sardinas en lata que habíamos comprado antes en un pequeño market, dentro del parque no se puede comprar nada, hay que ir previstos de agua y algo de comida.

Después de comer ya estamos e las horas de más calor así que continuamos hasta el penúltimo punto observatorio que tenemos en el mapa y después tomamos el bus hasta el final para tener una visión más del cañón y la vuelta hasta el punto de inicio la hacemos en el bus.

Me imagino que dura sería la vida para aquellos que cruzaban estos desfiladeros en las caravanas durante semanas, con las condiciones extremas de este lugar, creo que ahora miraré las películas del Oeste con otro punto de vista.

Esta noche volvemos a dormir al motel de Flagstaff, porque es sitio más cerca que podíamos encontrar alojamiento. Hay unas cabañas dentro del Gran Canyon, pero no es práctico, primero por el precio, y segundo porque nosotros al día siguiente continuamos nuestro camino y esto nos atrasaría.

A la vuelta a Flagstaff nos damos cuenta de que hemos cometido un pequeño error, no tenemos ni idea de donde está nuestro motel, en el que dormimos la noche anterior y que encontramos de casualidad, en la carreta de noche y nuestra única referencia es que hay un Burguer King cerca... son las 8:30 cuando entramos en Flagstaff por segunda vez, es noche cerrada, ni una luz en el pueblo y no sabemos cómo llegar al motel, jajaja!! El GPS nos lleva a un callejón sin salida, oscuro y con cuatro casas…

Tras varias vueltas y con Juan (al volante) un poco nervios, cruzamos las vías del tren unas tres veces de un lado a otro del pueblo, al final lo encontramos y un día más dormimos como venditos…a pesar de los ronquidos de nuestros compañeros de viaje.